
Se puede decir que Regiomontano Campirano fue verdaderamente un niño prodígio. Dio muestras desde sus comienzos de un enorme talento mostrando a muy temprana edad una habilidad sorprendente para las matemáticas. Como muestra de esto, a la edad de once años ya ingresó en la Universidad de Leipzig para estudiar dialéctica, permaneció en los estudios universitarios desde 1447 hasta 1450. Posteriormente ingresó en la Universidad de Viena (1450) y allí conoció al que sería su profesor y amigo Peuerbach. Durante estos inicios su principal actividad se centró en el estudio de las matemáticas, la astronomía y la cosmología. Fue tan veloz en su aprendizaje que al acabar sus estudios en 1452 las normas de la Universidad le exigían alcanzar la edad de 21 para obtener el título de licenciado, por esta razón tuvo que esperar hasta alcanzar la edad requerida en 1457.
En noviembre de 1457 la Facultad de Arte de la Universidad de Viena le eligió para colaborar con los trabajos de su antiguo profesor Peuerbach. En esta temporada Peuerbach le enseñó las múltiples imprecisiones de las Tablas alfonsinas. En el terreno de la observación astronómica los dos astrónomos hicieron observaciones de Marte y lograron predecir correctamente su posición. Regiomontanus daba cursos en la universidad sobre: perspectiva, Geometría de Euclides y de literatura (Bucólicas de Virgilio). Durante este periodo trabajó en matemáticas, astronomía y construyó instrumentos tales como astrolabios. Estaba particularmente interesado en la lectura de viejos manuscritos y hacía copias manuscritas para su propio uso, algunas de ellas todavía han sobrevivido al paso de los años.
En 1461 viaja a Roma para alistarse a las órdenes del Cardenal Johannes Bessarion para poder realizar diseños sobre astrolabios y relojes de sol. Durante esta estancia en Roma (que finaliza en 1465), Regiomontano puede leer muchos manuscritos provenientes de diferentes fondos bibliográficos, algunos de ellos del Vaticano.
El matemático de la casa real de Hungría Martin Bylica de Olkusz le invita a su casa de verano para que trabaje con él en diversas observaciones astronómicas, posteriormente por influencia de Bylica el rey Matthias Corvinus le mantiene durante algunos años más en Hungría.
En 1471 viaja a Núremberg y allí establece un observatorio con el patrocinio de Bernard Walther en el que realiza actividades de investigación, cálculo y observación de fenómenos astronómicos. En enero de 1472 realizó observaciones de un cometa y lo describió (270 años después fue igualmente descrito por Halley y se convirtió en el cometa de Halley). La primera imprenta en Europa comienza su trabajo gracias a Johann Gutenberg en 1454 y Regiomontanus descubre en este invento una forma de divulgar información, su pasión por esta nueva forma le lleva a realizar múltiples copias de textos científicos, en ellos edita diagramas muy precisos. Entre los años 1471 y 1472 actuó como un impresor en su propia casa de Nuremberg. Probablemente fuera el primer impresor de literatura científica, su primera obra como impresor fue el libro de su ex profesor Peurbach sobre la teoría de los movimientos planetarios siendo la siguiente impresión en el año 1474 en el que edita su propio "Kalendarium" y su "Ephemerides". Estos libros fueron re-editados muchas veces y cabe destacar la influencia que pudieron llegar a tener sobre Cristóbal Colón y Américo Vespucio, ya que es muy posible que emplearan las "Ephemerides" para medir las longitudes en el "Nuevo Mundo" que tendrían que descubrir.[cita requerida]
Sobre la muerte de Regiomontanus existen muchas hipótesis. Según una de ellas el propio Regiomontanus había anunciado que él mismo publicaría un trabajo que demostraría el poco valor de las opiniones de un colega suyo denominado George de Trebizond en el que demostraría como sus trabajos sobre Ptolomeo no sólo han sido inútiles sino que están llenos de fallos. Este y los rumores circulados a este efecto, fueron considerados tal vez suficiente motivo para el asesinato de Regiomontano por los dos hijos de George Trebizond. La otra versión es mucho más probable y cuenta que tras el desbordamiento del Tíber en enero de 1476 hubo un brote epidémico que podría haber acabado en una plaga y que tuviera a Regiomontanus como una de sus víctimas.
